Alejandra Oyosa (2015, p. 319) define la gordofobia como un sistema que atenta contra los derechos humanos conformado por:
el conjunto de estereotipos, prejuicios, estigmas [y discriminaciones] que asocian la gordura con características, hábitos y como socialmente negativos y que se encarnan en sujetas que somos excluidas al no cumplir con la normatividad corporal, que exige y privilegia la delgadez, al tiempo que genera desigualdades sustentadas en las corporalidades.
Según Sabina Strings, la gordofobia comenzó en Estados Unidos con la esclavitud de la población negra. La actual preferencia por la delgadez no tendría que ver con una obsesión por la salud, sino que esta obsesión tendría que ver con el apuntalamiento simbólico de jerarquías coloniales (citada en Méndez y Cosío, 2022).
Este conjunto en sí impide o dificulta el acceso de las personas gordas a las mismas oportunidades a las que acceden las personas delgadas o normocorporales o lacera los derechos humanos de las personas gordas y eterniza su colocación en posiciones de desventaja.
A partir de una característica materializada en el cuerpo, las vidas, hábitos y cada acto que realizan las personas gordas son sometidos a juicio público, individual, institucional y social, buscando someterlas a una la normatividad corporal y al patrón de belleza.
La mirada gordofóbica es un recurso para la explotación económica de la gordura, pues la exhibición humillante de las personas gordas crea un poderoso incentivo para el consumo masivo de productos y servicios que prometen evitar semejante daño (Méndez y Cosío, 2022).
Gordoodio
La palabra gordofobia, es potente para denunciar al agresor, no obstante la palabra fobia es catalogada por el DSM1 como una patología, por lo que para evitar cualquier justificación hacia algún insulto o discriminación por parte de la persona gordofóbica, se considera la búsqueda de otro concepto que refiere a la actitud discriminatoria sin relacionarla con una patología (Bülle, 2022).
En este sentido, Bülle (2022) propone el uso de la palabra gordoodio, con la que ha logrado entender y hacer visible al activismo gorde. El gordoodio entonces, se entiende no como una fobia ni un trastorno, sino como una decisión. Puesto que, frente a actos gordoodiantes, la única persona que queda vulnerada, con miedo y con sensación de amenaza es la persona gorda.
Para Erika Bülle (2022) y Alejandra Oyosa (comunicación personal, 21 de marzo 2023), este concepto destaca de mejor manera el rechazo, la discriminación y las prácticas de odio hacia las personas gordas. Erika Bülle (2022) destaca que la palabra fobia sumada a la de gordura, implica la patologización de dicha conducta, a la vez que justifica y libera a la sociedad de la responsabilidad de los actos discriminatorios y la vulneración de derechos. Para ella no es miedo lo que sienten las personas, sino un rechazo intencionado y con plena consciencia de dañar. Por su parte, Alejandra Oyosa (comunicación personal, 21 de marzo 2023), comprende que dicho concepto tiene mayor potencia que la gordofobia, por lo que actualmente una vertiente de los activismos gordxs se encuentran construyendo y llenándolo de significado para transitar hacia éste.
Laura Contrera (citada en Feminacida, 2021) explica que ambos conceptos son importantes puesto que más que una fobia u odio, refieren a una estructura desigual y jerárquica que impone a la delgadez sobre la gordura, asegurando la opresión de las personas que habitan cuerpos no normativos.
A la vez, Izchel Cosío (comunicación personal, 17 de marzo 2023) menciona que ambos conceptos denuncian la estigmatización de las personas gordas, pero se diferencian a partir del uso que los activismos gordos les dan. De acuerdo con Bülle (citada en Chávez, 2023) el gordoodio es vivido de diferente forma por hombres y mujeres, pues aun cuando ellos viven ciertas violencias, la gordura está disculpada cuando ellos tienen poder adquisitivo.
Mientras que las mujeres son rechazadas y no merecedoras de afecto. “Existen hombres gordos que incluso son vistos como personas tiernas. ‘El gordito que huele a hot cakes’, ‘el gordito lindo’, pero, sigue siendo así porque son los proveedores, y más si son blancos, por lo que se puede concluir que también hay una cuestión colonizadora”, comenta [Erika Bülle] (Chávez, 2023).
Extractos tomados del glosario de la COPRED Descargarlo aquí
