El amor se construye, se vive y no es imposible. Incluso en el BDSM

Cuando yo comencé en el BDSM por allá del 2003, estaba inmersa en una relación vainilla sin futuro y además de abuso. Llevaba 5 años en una relación que no me satisfacía y en la que además machacaron mi autoestima.

En ese año ya frecuentaba sitios de relatos eróticos sin atreverme a ir más allá de relatos simples de sexo vainilla, comencé entonces a subir pequeños escalones primero con relatos de “sexo duro” y más tarde me atreví a leer los de dominación.

Se abrió una puerta hasta entonces cerrada. Comencé a ver que aquellas fantasías de pre adolescente, que hace muchos años había dormido, estaban reflejadas en esas letras.

Fue un camino que comencé a recorrer y que no tendría retorno. Comencé a buscar información y tuve la suerte de encontrar buenos contactos en internet que me orientaron.

Comprendí que necesitaba una pareja que le gustará esto. Recuerdo que le insinúe a mi entonces novio cosas sencillas como depilarme, nalgadas, cosas así, a lo cual “sólo pelaba los ojos” y me decía que eso era de locos.

Entonces en un chat, encontré a una persona que me dio inmediata confianza y comenzó a “ordenarme”. Aún estando con mi novio me atreví a conocerlo y mi vida cambió. Me ayudo a salir del estado de depresión en el que estaba y gracias a El, termine con la relación de la que no me atrevía a salir.

Yo sabía que con esa persona no había futuro y de hecho no lo buscaba. Puesto que nuestra relación era plenamente de placer y amistad.
Mi búsqueda de un amo-novio-pareja-amo no ceso. Tenía claro que deseaba una pareja dentro del BDSM.

Jugué virtualmente con muchos, algunos me ordenaban cosas tontas como picarme las tetas con una aguja dibujandome sus iniciales y luego vaciar sobre ellas salsa picante, claro todas esas órdenes dadas desde la comodidad que da un monitor y el anonimato de internet. Obvio no hice nada de eso y no por falta de entrega, si no por simple sentido común. Para mi las relaciones de internet siempre han sido y serán una forma de chaqueteo mental muy efectivo. Pero no algo real.

Lo real solo se da cuando tienes a la otra persona enfrente, la puedes oler, tocar, manosear y saber si lo que te hace sentir cuando te habla o te ordena desde el monitor realmente provoca lo que el chaqueteo mental hace sentir.

Yo amo el cibersex y las sesiones virtuales, me excitan, me provoca y realmente, seamos sinceros, en cuestión de castigos, como sumisa tenía siempre el control de la intensidad… Si, aún con la web cam. De esas sesiones con “amos” tuve la oportunidad de conocer en persona a algunos.

Hubo otros que aunque la química era sensacional en internet y que me hacían sentir realmente plena, entregada, deseada y que yo sentía que me hacían “crecer”. Al llegar el momento de conocernos no había ese “clic”.

En ese entonces coincidió que conocí a un dominante que aunque era bueno en sesiones en real y el seguimiento virtual. Simplemente no me podía dar lo que yo buscaba. Por una simple razón. Era casado.
Aunque claro eso no impidió que me propusiera hacerme una marca permanente. Nunca entendí como el entregándose a medias, podía pedirme que yo me entregara completa. Por supuesto la relación término.

Coincidió que en una reunión conocí a Marqués con el que ya llevaba algunos meses platicando. Y aunque teníamos una buena amistad nunca habíamos pasado más allá de algunas pláticas calientes con tintes de dominación.

Se dio entonces que el me pidió que iniciáramos una relación amo-sumisa. Aunque fue claro al decirme que el tenía una sumisa “ausente temporalmente”. Ambos acordamos iniciar con la relación con el acuerdo explícito de no enamorarnos. Cosa tonta por que en el corazón no se manda. A los dos meses estábamos los dos completamente enamorados uno del otro. Aunque con la sombra de la “sumisa ausente”. Unos 8 meses después yo le dije que no podía seguir así; A expensas de que un fantasma regresara; entonces el tomo la decisión de “dejarla ir”. A los 12 meses realizamos nuestra ceremonia de las rosas.

El tiempo siguió pasando, con sus altas y sus bajas, nuestra relación evoluciono de una relación erótica de amo-sumisa, a una relación switch. Fue difícil, en aquel entonces los grupos eran mucho de pose. Para El fue difícil aceptar mostrarse como switch y para los demás respetar su decisión. No falto quien le dijera que era el amo domado.

Aunado al ajuste del switcheo nos enfrentamos también al proceso de la ajustar la relación en el ámbito vainilla. Cosa muy difícil. Hay una fina línea entre el juego y olvidarse del juego para la vida diaria. Sobre todo por que para ese entonces yo ya había definido que el bdsm era parte de mi vida como complemento, pero NO mi vida. El proceso fue difícil pero satisfactorio, aprendimos a complementarnos.

Los años siguientes fueron idas y venidas entre sesiones y nuestra vida vainilla. Un año en específico en el que por cuestiones de trabajo nos veíamos pocas horas a la semana, aunado a una caída grave de mi libido, resulto casi el fin de nuestra relación.

Sin embargo no terminamos. Reajustamos la relación e incluso entramos en terapia de pareja un rato. También en ese entonces tomamos a una sumisa “fija” grave error! No estábamos preparados para eso. Aunque ya habíamos jugado con sumisas, nunca habíamos tenido a alguien full time. Aprendimos que la comunicación es la base de todo, que los celos aparecen en los momentos menos indicados, que es necesario marcar LÍMITES claros y no dar por hecho que la otra persona puede pensar algo o terminara deduciendo algo no dicho. Que la tercera por muy madura que parezca y que aunque supuestamente tenga claro que es ella quien entra como una invitada a la relación, puede enamorarse y esperanzarse que a la relación “principal” termine. Aprendimos que es mejor terminar con las malas decisiones a tiempo.

La relación con la 3era. aunque fue un error, nos dejo fuertes y unidos. Al punto que un año después nos comprometimos y al siguiente nos casamos. Actualmente llevamos 6 meses de casados, intensos, felices y hasta con un intento de sabotaje por algunas envidiosas.

Puedo decir que nuestra relación maduró. Hay reajustes nuevos, pero somos felices.
Incluso decidimos tomar a una sumisa en custodia.

Hace unos días, alguien me dijo, tu eres una de las pocas que tiene la dicha de tenerlo en real, pero no todas podemos tener esa dicha y no por eso significa que estemos mal (refiriéndose a las relaciones virtuales). Me hizo pensar, que es verdad, soy afortunada en tener una relación como la que tengo, pero también es cierto que mi relación ha sido construida poco a poco a través de casi 8 años de trabajo conjunto, alegrías y tristezas, pero sobre todo bajo una REALIDAD y no bajo el cobijo de lo virtual.

Creo que la decisión de alguien de tener una relación bajo el espejismo de lo virtual es de respetarse siempre y cuando no sea por que “es lo único a lo que pueden aspirar” .

Quise compartir parte de mi vida en este escrito, ya que es mi forma de decirle a todas aquellas personas que buscan el amor dentro del BDSM que no se conformen con algo virtual, por temor a no encontrar nunca algo real.

El amor rara vez llega por arte de magia. El amor se construye, se vive y no es imposible.

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Krystal de Sade

Tengo experiencia de más de 14 años en BDSM como practicante, tallerista y haciendo performance. Soy Fundadora de la comunidad más importante de BDSM en México: Calabozo MX. Soy No monógama ética más inclinada a la anarquía relacional y agamia. Soy Docente en varias universidades a nivel maestría y doctorado. Mis temas favoritos son: BDSM, Diversidades Relacionales, Empoderamiento femenino, Sexualidad, Descalificación del amor romántico.
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©2015 – 2020 • Gabriela Merlos “Krystal de Sade”